La sabiduría del anillo: reflexiones sobre la impermanencia
La historia cuenta que el rey Salomón pidió a sus sabios que crearan un anillo con una inscripción que lo ayudara a mantener la perspectiva en momentos de alegría y tristeza. Estos le entregaron un anillo con la inscripción "Esto también pasará". Estas simples palabras encierran una profunda sabiduría que podemos aplicar a nuestra vida diaria.
En la vida, nada es permanente, ni lo bueno ni lo malo. Ser conscientes de la impermanencia de las cosas y las emociones nos ayudará a disfrutar más y a sufrir menos. Al aceptar que todo cambia, podemos aprender a apreciar el presente y a tomar decisiones más objetivas.
La objetividad en la toma de decisiones
Cuando vemos a un alto ejecutivo tomar una decisión difícil, asumimos que no tiene sentimientos porque nosotros de ninguna manera pudiéramos haber elegido algo así. Sin embargo, la realidad es que todas las personas tenemos sentimientos. Simplemente, ese es su trabajo y, como tal, deben tener una buena gestión de las emociones que les permita separar la parte emocional para tomar decisiones más objetivas.
Una vez, uno de ellos me dijo: "Claro que nos da tristeza y, por supuesto, nos deprimimos, pero no podemos permanecer deprimidos para siempre, porque tenemos muchas personas que dependen de nuestra entereza". Esto aplica incluso en la familia, cuando le niegas a tus hijos algún permiso. A ojos de tus hijos, eres un padre sin sentimientos porque no los entiendes. Sin embargo, ese es tu trabajo: tomar decisiones de manera objetiva.
La impermanencia de los sentimientos positivos
Esto también pasa con los sentimientos positivos. Por ejemplo, es difícil que veas a un empresario hacer negocios con su familiar, pues los sentimientos positivos pueden nublar su juicio y terminar aceptando un trato que en realidad es malo simplemente por el amor que le tiene a su familiar.
La ilusión de la felicidad
En la vida, el sentimiento de felicidad nos puede dar una ilusión de que todo seguirá igual. En tiempos de bonanza, gastamos todo en lugar de ahorrar, pues creemos que ese ingreso llegará para siempre. Postergamos ese café con un amigo porque pensamos que estará ahí al día siguiente. Empezamos un negocio basándonos en el éxito de un solo evento, asumiendo que siempre será igual y desdeñamos a quienes se encuentran en una situación económica más baja, sin pensar que el día de mañana pudiéramos perderlo todo y esa persona pudiera ser quien nos ayude.
Conclusión
En resumen, la conciencia de la transitoriedad de las cosas nos ayudará a ver las cosas de manera más objetiva y tomar mejores decisiones. Al aceptar que todo cambia, podemos aprender a apreciar el presente y a vivir de manera más plena. Recuerda que la felicidad y la tristeza son transitorias, y que la objetividad es clave para tomar decisiones que nos beneficien a largo plazo.
Síguenos en nuestras redes sociales.
Si buscas más artículos interesantes, revisa los siguientes!
Explorando el Metaverso: Oportunidades y Desafíos para el Futuro de los Negocios
El arte de la jardinería: lecciones para la vida
Comentarios
Publicar un comentario